En Retrojuguete creemos que la pandemia del COVID-19 ha convertido tanto al coleccionismo aristócrata como al del mercado de pulgas en un pasatiempo trivial, superfluo y banal, por aquello de que lo importante es lo importante. Y es cierto, no encuentro desastre mundial más importante, sorprendente y cruel en todos los años de mi vida. También creo que con esperanza, optimismo, esfuerzo y mucho trabajo se puede salir adelante y si además le echamos una pizca de superficialidad con un pasatiempo que nos haga disfrutar, desconectar e ilusionarnos, nos estamos llenando de serenidad para afrontar la realidad.
El coleccionista necesita ampliar, conservar y mostrar.
Ampliar:
El coleccionismo es una de esas partes de superficialidad que debemos alimentar para que nos suministre energía. Como ejemplo, El rastro de las Rozas es un nuevo mercadillo ubicado en Las Rozas en Madrid que ha nacido en tiempos del Coronavirus. Retrojuguete estuvo allí en septiembre y además de interesantes puestos y objetos, sentí la energía, el esfuerzo y el trabajo de los organizadores y expositores, y las ganas, la pasión y la alegría de los visitantes. Un chute de fuerza con algo banal para ampliar o empezar alguna colección o, simplemente, adquirir algo antiguo con mucha historia, porque el placer de los coleccionistas reside en buscar, perseguir y tratar de encontrar las piezas que codician.
Conversar:
Por otro lado, estos coleccionistas carne de mercadillos y rastros han necesitado relajarse y romper con la monotonía del confinamiento y la desgraciada realidad del 2020. Encerrados y dando vueltas como osos en sus cuevas han empezado a sacar del altillo o de la vitrina sus colecciones dándoles lustre y dejándolas como nuevas, porque los coleccionistas tienden al orden y poseen un deseo extraordinario de cuidar sus objetos y valorarlos.
Mostrar:
Llega el momento de mostrar la colección para sentirse admirado, valorado y aumentar la autoestima por lo que las redes sociales han sido el escaparate ideal. Estos últimos meses hemos sido testigos en la red de colecciones inimaginables que han hecho muy felices tanto a los dueños como a los visitantes virtuales.
En definitiva, este 2020 de ciencia ficción nos ha dado una bofetada a todos, a algunos en forma de caricia con carantoña incómoda, a otros con la mano abierta y a los más desgraciados con el puño bien cerrado, pero estoy seguro que a los coleccionistas y amantes de la historia se les está haciendo más llevadero con sus banales, triviales y absurdos objetos.
PD1.- Mi admirado y querido Sr. Pérez-Reverte no lo pudo reflejar mejor en su artículo Confinado con un sable
Un abrazo desde Retrojuguete.
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PD2.- Hay alguna cosilla más en:
Retrojuguete AMM
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