El Belén más grande de la historia de Playmobil …

 … de mi casa.


Lo sé, el título es totalmente engañoso, más aún cuando vamos hablar de 3 cosas:

  • Origen e historia del Belén o Nacimiento y del Árbol de Navidad.
  • ¿Qué responder si vuestros hijos preguntan quién son los Reyes Magos?




Empecemos:

El Belén o Nacimiento es uno los símbolos cristianos más conocidos de las fechas navideñas. Es la representación del nacimiento de Cristo que ponemos en casa. En esta época adornamos todo muestro hogar como símbolo de alegría y felicidad: el árbol y las luces, corona de adviento, flores de pascua, etc. Montar el Belén, junto a mis hijos es imprescindible y un momento precioso. Además, creo que es importante conocer su verdadero significado y origen para transmitirlo a nuestros hijos y que disfruten de ese momento, por eso que la felicidad se encuentra en el mientras y no en el fin. Debemos recordar que ese momento se repetirá muy pocos años, por lo que hay que aprovecharlo al máximo.







En una entrada pasada ya hablamos del origen de Belén y del Árbol de Navidad: https://eljuguetede.blogspot.com/2016/12/belen-de-playmobil-y-arbol-de-navidad.html por lo que haremos un breve resumen:

"En cuanto a las figuras el romano, el pastor con niño o con oveja, la lavandera, la castañera o el caganer en Cataluña no podían faltar"


El origen de los belenes se remonta a hace más de ocho siglos, en plena Edad Media. San Francisco de Asís fue el iniciador de la representación del Nacimiento y este hecho fue narrado por San Buenaventura y Tomás Celano:

“Tres años antes de su muerte, Francisco quiso celebrar en Greccio el recuerdo del nacimiento del Niño Jesús, y deseó hacerlo con toda posible solemnidad, a fin de aumentar mayormente la devoción de  los fieles. Para que la cosa no fuese adjudicada a manía de novedad, primero pidió y obtuvo permiso del Papa. Francisco, ayudado por un soldado llamadazo Juan de Greccio, comenzó los preparativos 15 días antes del 25 de diciembre. Eligió un lugar abierto donde pusieron un paño blanco, igual que sobre un altar, y llevaron una gran cantidad de heno. Luego trasladaron un asno, un buey y gran cantidad de otros animales. El 25 de diciembre de ese año se celebró la misa sobre el Pesebre, y el sacerdote gustó un consuelo insólito”











Una vez conocida la historia y el significado que encierra esta maravillosa práctica en muchos hogares, no tengo más incitar a los padres que no pierdan la oportunidad de transmitirla a sus hijos mientras montan el Belén. Son momentos únicos que no pueden ser desperdiciados. Nosotros montamos el Belén, de Playmobil pero bastante digno y respetuoso, durante toda una semana. Además, una vez terminado, ponemos pruebas y acertijos para todo aquel que venga a casa, tipo: ¿Cuántas figuras hay?; ¿Dónde está el lagarto?; ¿Cuántos romanos hay?; ¿Cuántas profesiones encuentras? Y muchas más…

"Con esto de la transformación digital y la personalización, además de mi obsesión con Playmobil me he pasado, por ahora, a disfrutar de otro tipo de Belenes como espero que disfrutéis de las fotos"







El tradicional Belén de plástico de https://eljuguetede.blogspot.com/2017/12/los-belenes-de-plastico-de-los-70.html o de barro, para los más adinerados, son los Belenes clásicos de los años 60,70 y 80. Si nos referimos a aquellas figuras de plástico tipo Reamsa, Comansi o Gomarsa que mandaban en los Belenes de las casas. Éstas figuras estaban muy bien detalladas, coloridas y en varias escalas para poder hacer un efecto de distancia tridimensional. El papel para el horizonte y el cielo se vendía en muchos sitios y era el mismo para todas las casas, como el musgo, la corteza de árbol, las casitas de corcho y el papel plata para el río. En cuanto a las figuras el romano, el pastor con niño o con oveja, la lavandera, la castañera o el caganer en Cataluña no podían faltar.

Yo conservo este Belén de cuando era pequeño y en la casa de mis suegros se sigue poniendo todas las Navidades, pero con esto de la transformación digital y la personalización, además de mi obsesión con Playmobil me he pasado, por ahora, a disfrutar de otro tipo de Belenes como espero que disfrutéis de las fotos.







Después de contar el origen de los Belenes y del Árbol de Navidad sólo me queda ofreceros una pista si alguno de vuestros hijos pregunta ¿Quién son los Reyes Magos? https://eljuguetede.blogspot.com/2015/12/que-hacer-si-tu-hijo-te-pregunta.html 





Siempre hay que decir la verdad, no me puede mentir jamás, por ello debéis contar la verdadera historia:

Un niño preguntó a su padre:

- ¿Papa?

- Sí, hijo, cuéntame.

- Oye, quiero… que me digas la verdad.

- Claro, hijo. Siempre te la digo -respondió el padre un poco sorprendido.

- Papá, ¿existen los Reyes Magos?

El padre de Javi, Gonzalo y Diego se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.

- Los niños dicen que son los padres. ¿Es verdad, papá? ¿Sois vosotros?

- Pues si quieres la verdad te la diré: Mira, hijo, efectivamente son los padres los que ponen los regalos, pero…los Reyes Magos sí que existen.

- Entonces no lo entiendo, papá.

- Siéntate y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha llegado la hora de que puedas entender todo -dijo el padre, mientras señalaba con la mano el asiento a su lado-

- Cuando el Niño Dios nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo: - ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían. - ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar -. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.  Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó: - Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.

Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal: - Sois muy buenos, queridos Reyes, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?- ¡Oh, Señor! -dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas. Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero no podemos tener tantos pajes, no existen tantos. - No os preocupéis por eso -dijo Dios. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.  - ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes con cara de sorpresa y admiración. - Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños? -preguntó Dios. - Sí, claro, eso es fundamental – asistieron los tres Reyes. - Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños? - Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje -respondieron cada vez más entusiasmados los tres. - Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?

Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír: - Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y, alrededor del Belén, recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.
Cuando el padre de Diego hubo terminado de contar esta historia, su hijo se levantó y dando un beso a sus padres dijo:

- Ahora sí que lo entiendo todo papá. Y estoy muy contento de saber que me queréis y que no me habéis engañado.

Y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano mientras decía:

- No sé si tendré bastante para comprar algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero.

Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.




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