Los niños-adultos de hoy, los adultos-niños del yo, yo y yo

Me vais a perdonar porque este blog de juguetes antiguos no es el medio más adecuado para discernir sobre otras cosas que no sean eso, juguetes antiguos, pero ya que tengo la libertad de escribir lo que quiera sin compromiso de una línea editorial, patrocinadores o vigilantes de la playa, pues sin dudarlo voy a hacerlo. Insisto, lo siento. 

El otro día charlando con unos conocidos sobre juguetes antiguos, chuches de los 80 y catálogos descatalogados del ECI, escuché una vez más las virtudes, beneficios y atributos positivos del Mindfulness. Y os preguntaréis cómo llegó esta palabra a una conversación sobre juguetes, pues la verdad es que no lo sé muy bien, pero creo que algún participante en la charla lanzó este término invocando a sus beneficios también para los niños, ya que, parece ser, que existen críos que por hiperactividad, falta de atención y estrés, necesitan clases de relajación. Bien, pues de aquí saltamos al deporte. Sí, al deporte de élite, competitivo y, a ratos, agresivo que deben hacer los niños en sus extraescolares para eliminar cualquier amenaza de estrés o, en otros casos de aburrimiento (Me aburro papá, ¿qué hago?) que existe en sus vidas de apenas 12 años, durante las tardes de la semana y a lo largo del fin de semana. Siempre siguiendo la estela de los padres competitivos, provocadores y ofensivos, porque lo que pasa en campo se queda en el campo. 

Debemos ir a clases de meditación de Mindfulness, practicar running, bicicleta, subir el Everest y al bajar competir en el torneo de tenis para soltar toda nuestra mala leche...


De esta forma, llegamos a la conclusión, entre padres, adultos y responsables, que el Mindfulness y el deporte federado, competitivo y de élite es lo mejor para los niños, porque funciona muy bien para los padres, ya que lo practican habitualmente después de salir de la oficina, que les estresa durante todo el día. Los niños deben de ser un reflejo de ellos, pero sin ellos, porque normalmente nunca están en casa, y si lo están no juegan con los peques. Pero no pasa nada, que ya está la “chica” que ayuda a en casa para estar con ellos o las clases extraescolares de música, plástica, judo, robótica, etc. Hay muchas y hasta altas horas de la noche. Conozco un caso de un niño que se fue a una clase extraescolar, y luego a otra y a otra y así fue juntando clases y llegó a casa 2 años después.

  
Pero, no quedó todo ahí en la conversación, la mayoría de los padres expresaron que se debe dar a los niños comida sana, muy, muy sana (que también comen ellos). Alimentos que mezclan en un batido: lechuga, pepinillo, limón, granada, pipas, leche, cacahuetes y algo de orégano. Fuera cualquier tipo de comida basura como bocatas de salchichón o chocolate con pan para la merienda.  Además, cada 15 días hay que hacer un lavado de cuerpo, por lo que se debe ayunar y tomar zumos como único alimento, de esta forma se eliminan toxinas y antioxidantes, produciendo un “reset” al organismo. Sano. Sanísimo.




También pueden ponerles un podcast por las noches (en inglés, of course!) a la hora de dormir para que mientras se autoayudan, aprendan inglés...


Así, nos encontramos con padres e hijos que meditan con Mindfulness,  practican mucho deporte de moda, acuden a extraescolares y se alimentan de batidos repletos de energía, proteínas, antioxidantes y minerales. Toman 4 litros de agua y tres piezas de fruta al día, porque ya lo decía Super Ratón: No olviden vitaminarse y mineralizarse. Más claro, agua. (4 litros).



Pero con esto no acaba todo, también tienen que seguir al pie de la letra un libro de autoayuda, que está en la mesilla de los padres o en pdf en la tablet o en el móvil. Esto está muy bien porque desde los 9 años cualquier niño maneja el iphone 26 (regalo de su Primera Comunión) mejor que cualquier adulto, por lo que no será problema bajarse el pdf pirata del autoayuda, entre whassap y foto publicada en Instagram. Creo que, según escuché en la conversación, no hay libros de autoayuda para niños, pero los padres les pueden leer algún capítulo del suyo o comprar un libro de autoayuda para padres para que autoayuden a los hijos. También pueden ponerles un podcast por las noches (en inglés, of course!) a la hora de dormir para que mientras se autoayudan, aprendan inglés, porque con el francés, alemán y el chino no va ser suficiente en su futuro laboral.

Resumiendo, para estar “In” debemos: Ir a clases de meditación de Mindfulness, practicar running, bicicleta, subir el Everest y al bajar competir en el torneo de tenis para soltar toda nuestra mala leche, comer mucha fruta y batidos antioxidantes, aprender chino e inglés (por ese orden) y leer todo lo que se edite de autoayuda, “el éxito está en ti” o “cómo triunfar en la vida” 

Cuantos más Master mejor, que luego nos arrepentiremos.


Pero, siempre hay un pero, para lograr todo esto se necesita un “coach” porque solos no podemos, así que hay que contratar a un tipo que nos enseñe “La rueda de la vida” y nos indique qué es lo importante y qué hacemos para conseguirlo. De esta forma, también sabremos como compaginar, entre fruta y fruta, el torneo de padel y los tres Master a los que estamos apuntados. Cuantos más Master mejor, que luego nos arrepentiremos.

Reconozco que a partir de este punto me perdí en la conversación. Miré de reojo a mis hijos que estaban jugando al balón cerca de la terraza donde estábamos nosotros y, por un momento, me arrepentí de haber empezado la conversación con un: ¿Quién se acuerda de los juegos del patio del colegio?


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PD.- Quizás esta conversación entre padres nunca existió.

PD2.- Todo lo descrito me resulta fantástico y sanísimo pero, a lo mejor, habría que cambiar el yo, yo, yo de todas las actividades por el tú, él, vosotros y ellos. 

PD3.- Prefiero grandes niños y grandes personas que grandes profesionales, deportistas, estudiantes, filólogos y exitosos de la vida. 

AMM


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