La nostalgia de los juguetes de tu infancia

Retrojuguete

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¿Quién de mi generación puede poner mala cara ante un Madelman, un Cinexin, una Barriguitas, un Autocross o una Nancy? ¿Quién?


Hace pocos días, en una conversación de comida familiar dominguera, mi hijo mediano preguntó qué es ser nostálgico. Mi mujer le contestó lo mejor que pudo para que lo entendiera y puso como ejemplo los juguetes que yo colecciono: -“A papá le gustan los juguetes antiguos porque es un nostálgico, le recuerdan a cuando era como tú”- Eso es cierto, muy cierto. Yo colecciono juguetes de mi época porque me transportan a los momentos más felices de mi infancia, cuando creaba e inventaba miles de aventuras con ellos.



También es cierto que la nostalgia es un sentimiento agridulce, ya que, por otro lado, anhelamos el pasado, al que nos es imposible volver. Anhelar nuestro propio pasado se conoce como nostalgia personal y nos descifra el quiénes somos. La nostalgia es universal y la ciencia ha demostrado que un anhelo nostálgico por el pasado es más probable en la madurez y aumenta en la tercera edad, cuando nos damos cuenta que lo único que nos vamos a llevar de la tierra son nuestros recuerdos, porque todo lo demás se queda aquí. Por ello, es importante olvidar lo malo y centrase en lo bueno, en todos aquellos momentos que nos producen felicidad. Jugar es uno de esos momentos y los juguetes las autopistas para llegar a esas vivencias. Veo un juguete de mi niñez y rápidamente llego al feliz pasado de mi infancia. No puedo evitarlo. A otras personas les ocurre lo mismo con otros objetos, pero los juguetes son el ejemplo perfecto del pasado, el anhelo y la placidez.

"Defiendo mis colecciones de juguetes ante los que me tachan de friki, 
basurero o coleccionista enfermizo"

Hace pocos días tuve una cena con padres del colegio. En la sobremesa, como no podía ser de otra manera, hablamos de juguetes, recordándolos y rememorando cada uno sus secuencias del pasado. Puedo asegurar que cada padre que allí estaba mantenía un brillo especial en los ojos y una mueca de sonrisa cómplice, porque distintos estudios han demostrado que los recuerdos nostálgicos tienden a centrarse en nuestras relaciones y objetos determinados y que nos pueden consolar durante momentos difíciles o de estrés en el presente, además de inyectar un chute de optimismo y felicidad. De esta forma, defiendo mis colecciones de juguetes ante los que me tachan de friki, basurero o coleccionista empedernido, porque cada uno de mis objetos me alimenta de valor a la hora de enfrentarme a mis miedos y me ayudan a hacer frente a los retos. Mis juguetes no me atrapan en el pasado, porque la nostalgia me ayuda en la adversidad y promueve mi crecimiento personal. Son una fuerza estabilizadora.

Otros estudios también han demostrado que las personas con una mayor propensión a la nostalgia son más capaces de hacer frente a las desgracias y son más propensas a buscar en los demás apoyo emocional, asesoramiento y ayuda práctica. También son más proclives a evitar las distracciones que les impiden enfrentarse y resolver sus problemas. A la hora de afrontar la inestabilidad, nuestra mente echa mano de nuestros recuerdos positivos del pasado, que tienden a ser más claros que los negativos.



No creo que cualquier tiempo pasado fuera mejor, pero sí creo que recordar lo bueno del pasado nos ayuda a ser más felices en el presente. Lo malo siempre hay que olvidarlo y, si corresponde, perdonarlo. Si mentalmente volvemos al pasado será mejor hacerlo con los recuerdos agradables, de otra manera nos martirizaremos con lo negativo y buscaremos las soluciones del presente para salvar el pasado y eso, hasta la fecha, no es posible, a no ser que tengamos un Condensador de Fluzo. La reminiscencia nostálgica puede ser una fuerza estabilizadora, puesto que puede fortalecer nuestro sentido de la continuidad personal, que nos recuerda que poseemos una "tienda" de recuerdos poderosos que están profundamente entrelazados con nuestra identidad. Somos lo que hemos sido, incluido el día de antes de ayer. Cuando nos centramos en nuestras propias experiencias positivas vividas, nuestra "tienda" de recuerdos empieza a funcionar y debemos aprovecharla para tener esperanza, optimismo y alegría en el presente. En mi caso, son los juguetes quienes me ayudan a conseguirlo.

"A la hora de afrontar la inestabilidad, nuestra mente echa mano de nuestros recuerdos positivos del pasado"



Por todo ello, estoy totalmente convencido que la nostalgia es buena, que nos informa de cómo hemos evolucionado y cómo somos ahora. Entender que todo lo que somos se lo debemos al pasado, y recordar cada cosa buena como un hito de felicidad y cada cosa mala con un logro de superación. ¿Quién de mi generación puede poner mala cara ante un Madelman, un Cinexin, una Barriguitas, un Autocross o una Nancy? ¿Quién?

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AMM    

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