“En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes,
sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es niño, pero el hombre
que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha
falta.” Pablo Neruda.
No sabemos si es culpa de los padres, de los
profesores, de la sociedad o de la tecnología, pero lo que es cierto es que los
niños están saturados de extraescolares y deberes, por lo que el tiempo de juego se ha
reducido hasta casi su eliminación. Además, el poco tiempo de ocio del que
disfrutan los peques de la casa, se evapora entre tablets, consolas y TV, que
no queremos decir que no sea una diversión válida, pero la mayoría de las veces se
utilizan como herramienta de “paz para los padres”, en vez de “juego para los
niños”. En definitiva, el niño español no tiene tiempo para jugar. Para
imaginar. Para crear. Nos resulta muy preocupante.
No queremos comprender que jugar
es un lujo, y el tiempo corre en nuestra contra.
Cuando asisto a una conferencia empresarial y
observo que, los gurús del éxito en la empresa, incentivan novedosas
metodologías basadas en el juego, con el fin de crear estrategias innovadoras
empresariales, me lo creo y lo apoyo, pero la realidad es que esos mismos gurús
conferenciantes hace años que no juegan con sus hijos (o lo supongo) porque suelen llegar
muy tarde a casa, día tras día, aplazando o eliminando el tiempo con sus hijos.
La emoción de jugar, crear, inventar, disfrutar con
los juguetes de antaño o no, debe ser patrimonio de cualquier niño, y esto lo
saben asociaciones como Juguete Terapia https://www.facebook.com/jugueteterapia Un
juguete una ilusión. http://www.unjugueteunailusion.com/ ¡Ningún
niño sin juguete! Abanderan estos últimos con toda la razón y nuestro apoyo.
Juguemos siempre para conservar
nuestra creatividad.
Los padres de hoy no seríamos quienes somos sin el
tiempo de juego que tuvimos y que, algunos, tienen todavía, aunque de adultos
lo llamemos: hobby. Existe una prueba irrefutable, las rediciones de
juguetes que van dirigidas a los niños, como consumidor final y a los padres,
como prescriptores del producto, porque realmente fuimos nosotros los que
disfrutamos de esos juguetes y deseamos que lo hagan nuestros hijos. La
nostalgia es una herramienta de venta eficaz cuando se trata de juguetes.
Asociamos estas marcas con momentos de juego y, por tanto, con muy buenos
recuerdos. Algunos ejemplos claros son: Las Barriguitas de
Famosa, Pin y Pon de Famosa, El Fuerte de Comansi, El Barco
Pirata de Playmobil, Scalextric, Madelman, Monopoly, Mi Pequeño Pony de
Famosa, por citar algunos.
Ahora, ¿vas a convencer a tus hijos que acudan a más extraescolares y
que jueguen menos contigo?
AMM
Comentarios
Publicar un comentario