Pues sí, vuelvo a
colarme en el Juguete de mis Sueños para daros un poco la tabarra con los
tebeos. En esta ocasión me gustaría hablaros un poco de superhéroes. La creación de los
superhéroes de ficción, aquellos personajes que invadieron las viñetas de los
cómics de nuestra infancia, tiene mucho que ver con el momento histórico en el
que vieron la luz.
El crack del 29
sume a los Estados Unidos en una crisis similar a la que estamos pasando, pero
con gente en la cárcel y suicidándose (Quizá una crisis más decente). La
consecuencia de aquello fue una profunda crisis económica en la década de los
30. Era una época triste en la que la gente necesitaba héroes, aunque fueran de
papel. No es casual entonces que Jerry Siegel y Joe Shuster crearán a Supermán en el 33, ni que Batman naciera en el 39.
Y en el 39 se
inicia la Segunda Guerra Mundial. Un conflicto que tuvo su origen en la crisis
y en el florecimiento de las ideologías extremas, los nazis y los comunistas,
al albor de esta situación difícil. El Capitán
América fue un superhéroe creado por Jack Kirby y Joe Simon en 1941 con el
sano objetivo de incentivar el patriotismo en aquellos tiempos.
Una vez ganada la
guerra, llega la década los 50. La sociedad americana salía de la depresión,
eran tiempos de esplendor, y sobraban los héroes, los soldados que habían
salvado al mundo de la amenaza de los nazis alemanes habían vuelto a casa
victoriosos. La censura Mcarthista acabó de minar al noveno arte, que no vivió
su mejor etapa.
Con el cambio de
década, en los 60, se produce un desencanto en la sociedad americana. La
amenaza constante de la Guerra fría tiene su punto culmen en la crisis de los
misiles de cuba en 1962. No es casual que por entonces, en el 62, naciera otra
camada de superhéroes que revitalizó el género. Spiderman, creado por Stan Lee y Steve Ditko es uno de los
exponentes, junto con el grupo los 4
fantásticos, creados por el mismo Stan Lee y Jack Kirby.
A finales de la década,
en el 68, se produce, con el mayo francés un fenómeno por el cual los jóvenes
se convierten en una categoría socio-cultural logrando su reconocimiento como
actor social a través de las tribus urbanas, e ídolos musicales de la
época como los Beatles y los Rolling Stones. Éstos serán los nuevos
héroes, que tienen bastante de cotidianos y pocos superpoderes. La década de
los 70 vuelve a ser mala para Batman y compañía.
Los 80, 90 y la primera década del milenio marcan el inicio de la
relación de los superhéroes del cómic con el mundo del cine, lo que supone un
salto cuantitativo en cuanto a su promoción. La primera aparición de
importancia la da Supermán, de
Richard Donner en el 78.
En el 89, Tim Burton presta su especial manera de ver las cosas para
trasladar a Batman a la gran
pantalla, Spiderman inicia su saga
en el 2002, y los X-Men
protagonizaron una serie de películas iniciada en el 2000. Quizá las mejores
películas de superhéroes son las que conforman la segunda secuela de Batman: “Batman begins”, 2005, con un
Joker imperdible, “The dark Knight”, 2008, y “The dark Knight rises”, 2012;
todas ellas grandísimas películas. Aunque para mí, si se trata de pasarlo bien,
comiendo palomitas y disfrutando, los 20 minutos finales de “Los Vengadores” no
tienen parangón.
Los superhéroes viven una revitalización que no se traduce en un gran
éxito de ventas en los cómics, seguramente por la creciente tendencia de los
tebeos a convertirse en un producto de culto al friki y abandonar a los
chavales, que prefieren ver las películas a enfrascarse a entender los
enrevesados guiones de las novelas gráficas.
Todo este rollo venía a colación para tratar de explicar por qué nacen
los superhéroes, por qué tienen éxito en determinadas épocas y por qué son la
punta de lanza de tres industrias importantísimas: Los cómics, el cine, y la
industria juguetera.
Otro día, si me deja Alberto, les hablaré de las grandes (o pequeñas)
diferencias entre Marvel y DC, los dos grandes imperios donde nacen, viven… y
mueren, los superhéroes americanos.
PD.- Gracias amigo anónimo nómino. Esperamos más sabiduría tuya en breve.
Alberto Martínez Mora
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